
03 Jun Mediación deportiva: prevenir el conflicto y cuidar al equipo humano
Los conflictos terminan intoxicando y afectando al equipo, así como a la salud mental del deportista y su entorno social. Esta afirmación debería resonar con fuerza en cualquier entidad deportiva. En Cataluña existen más de 9.000 clubes deportivos y más de 4.000 empresas de servicios deportivos, según datos recientes. La mayoría cuenta con recursos limitados, pero con un activo inmenso: las personas. Cuando surgen conflictos, lo que está en juego no es solo el rendimiento, sino también el vínculo, la cohesión y la confianza.
Es en este contexto donde la mediación deportiva puede dar un salto cualitativo y cuantitativo. Como expone Jaume Barroso López, abogado especializado en derecho deportivo, “la mediación ayuda a generar una nueva forma de relacionarnos en el ámbito deportivo”. Y como añade Jordi Casajuana, mediador con experiencia en conflictos deportivos, “no se trata solo de resolver un problema, sino de cuidar un ecosistema de emociones, expectativas y pasiones”.
Un mundo con muchos conflictos y mucho potencial
El ámbito deportivo está lleno de tensiones que pueden acabar estallando:
- La contratación de menores por parte de clubes de fútbol o baloncesto, con choques entre las normas federativas y el interés superior del menor.
- Impagos a entrenadores o deportistas.
- Conflictos interfederativos, de competición o dentro de las propias federaciones.
- El ego de progenitores que proyectan frustraciones o aspiraciones inalcanzables sobre sus hijos.
- Decisiones disciplinarias, bajas mal gestionadas o incompatibilidades entre roles dentro del equipo.
Javier Latorre Martínez, secretario general de la Asociación Española de Derecho Deportivo, defiende que “es fundamental introducir los MASC (mecanismos adecuados de solución de conflictos) de manera sistemática en el deporte español”. En este sentido, destaca que la mediación puede realizarse online, lo que facilita el acceso a servicios especializados en todo el Estado.
El marco legal: ¿qué es mediable?
Según el artículo 1 de la Ley 5/2012, la mediación es un procedimiento voluntario donde las partes negocian de buena fe, asistidas por un mediador imparcial. No todo es mediable: los actos administrativos no lo son (aún), pero sí los conflictos civiles y contractuales.
La Ley 39/2022, de 30 de diciembre, del Deporte, en su Título VIII prevé la solución de conflictos mediante la jurisdicción civil o el arbitraje, pero no menciona expresamente la mediación. Es una omisión destacable, aunque el artículo 5 introduce requisitos de procedibilidad, lo que conecta con la mediación como filtro previo a la vía judicial.
Artículo 5 de la Ley 39/2022
“Con carácter previo a la interposición de cualquier recurso judicial en materia deportiva de naturaleza civil, las partes deberán acreditar haber intentado resolver el conflicto mediante un sistema alternativo de resolución, como el arbitraje, la conciliación o cualquier otro que sea reconocido legalmente.”
Este artículo ha provocado la inadmisión de algunas demandas, por no haber cumplido este requisito previo.
Mediación deportiva: especialización, eficacia y vocación
Un mediador deportivo debe ser:
- Abierto a las experiencias.
- Responsable.
- Sociable pero reflexivo (extraversión moderada).
- Amable y emocionalmente estable (neuroticismo muy bajo).
Es recomendable tener formación específica en derecho deportivo: es necesario saber de qué se habla. Existen 18 mediadores homologados por la FIFA y 54 por el TAS-CAS (Tribunal Arbitral del Deporte, con sede en Suiza), que ha gestionado más de 11.000 arbitrajes desde su creación.
Las mediaciones deportivas suelen ser breves (unas 3 sesiones) y los encuentros no suelen alargarse más de una hora y poco por sesión. Es importante evitar camuflar la mediación en otros departamentos: debe tener entidad propia y especialización.
Un proyecto que merecía volar
Vale la pena recordar el proyecto de mediación para el FC Barcelona, liderado por Jaume Barroso, que no prosperó. Una lástima, porque su implantación podría haber servido de modelo para muchas otras entidades deportivas.
Como escribía Xavier Marcet en Crecer por dentro, “no se puede crecer solo desde fuera: hay que cuidar lo que somos, cómo nos relacionamos, cómo afrontamos las dificultades”. Y esto también es válido para los clubes deportivos.
Conclusión: poner la mediación al servicio del juego limpio
Es hora de que la mediación sea referente en el mundo del deporte catalán y español. No solo para resolver conflictos, sino para transformarlos en oportunidades de mejora y cohesión. Los MASC deben formar parte de la cultura deportiva, porque no hay juego limpio sin relaciones limpias.
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